Rectificar las acusaciones hechas en contra de Fernando Merchán, el vigilante del edificio Equus 66 en el barrio Chapinero donde la niña Yuliana Samboní fue violada y asesinada por Rafael Uribe Noguera, hizo su familia al alegar afectaciones a su buen nombre y honra, luego que la Fiscalía lo señalara de ser conocedor de los hechos ocurridos el 4 de diciembre de 2016.

Miguel Ramírez, abogado de la familia, envió un documento solicitando al fiscal Néstor Humberto Martínez limpiar la imagen de Merchán, debido a que ya el mismo ente acusador pudo comprobar que él no fue participe del aberrante acontecimiento. 

“Estamos pidiendo que se rectifique y se aclare el hecho que el Fiscal General afirmó en los medios de comunicación que era un coparticipe de estos hechos”, señala el abogado, quien no descarta presentar una demanda por calumnia en contra de Martínez. 

“La familia está bastante dolida y estigmatizada por eso requerimos del señor fiscal general de la Nación una aclaración”, comentó el abogado.

El vigilante Fernando Merchán se suicidó en su casa  en el barrio El Tintal de Bogotá y según Medicina Legal tres circunstancias llevaron a su muerte: primero, hemorragia que le causó heridas por un elemento cortopunzante; segundo “una depresión neurológica medicamentosa por el uso del medicamento Trazodona, que es un antidepresivo”; y tercero que por la depresión, su cerebro “muy posiblemente entró en somnolencia en una posición inadecuada para respirar”.